¿Podremos vivir en otro planeta?

Quizá en sentido figurado, pero la realidad es que no. AUn cuando la búsqueda de un planeta similar ha pasado de ser secundario a prioritario… ¿No ocultan un próximo final o, por el contrario, se prefiere ir buscando una alternativa? Sea como fuere los exoplanetas nos descubren mundos que podrían ser habitados por los sereshumanos. El hombre aun no puede vivir en otro planeta.

Son muchos los científicos que se afanan, en estos momentos, por encontrar un planeta gemelo al nuestro. Sin decir nada sólo se prevé una posible alternativa de vida en otros mundos para sustituir a uno ya muy desgastado.

No será fácil, el viaje sólo llevaría, en algunos casos, una vida entera o más, la imposibilidad de alcanzar la velocidad de la luz hace que las cotas en materia de tiempo sean imposibles pero no se pierde la fe de encontrar un mundo habitable para ser humano ahí afuera.

En esa búsqueda nos encontramos con Próxima c, un planeta que ha sido encontrado en torno a Próxima Centauri, la estrella más cercana al Sol.

En el hallazgo participó el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) siendo Próxima Centauri una enana roja a cuatro años luz de la Tierra. Es una estrella ocho veces menos masiva que el Sol y desde 2016 se conocía a un planeta templado del tamaño de la Tierra (Próxima b), ese sería el planeta extrasolar más cercano al nuestro.

Hay una circunstancia curiosa que es la existencia de cinturones de polvo en torno a la estrella y puede que sean parte de los vestigios de la formación del sistema en cuestión.

Pedro J. Amado, investigador del IAA-CSIC, decía al respecto: «En el instituto estamos entusiasmados con este resultado porque proporciona información nueva para comprender el sistema planetario alrededor de Próxima Centauri».

Próxima c podría tener una masa mínima de seis veces la terrestre orbitando en torno a la estrella a 1,5 veces la distancia entre la Tierra y el Sol. Las observaciones, durante 17 años, desvelaron la presencia de una señal con un periodo de 5,2 años compatible con la existencia de un segundo planeta.

Cristina Rodríguez-López, del IAA-CSIC, explicaba que «la señal parece muy convincente, se trata de un planeta idóneo para la combinación de técnicas complementarias que confirmen existencia, y si lo logramos, hará falta una revisión de los modelos. La señal apunta a que se trata de un planeta rocoso pero se encuentra más allá de lo que se conoce como la línea de nieve, a partir de la que hallamos planetas gigantes gaseosos. Un planeta rocoso en esa región exige nuevos planteamientos».

El satélite Gaia tiene un protagonismo destacado en todo este descubrimiento al completar la información que tenía gracias a los datos que enviaba a la Tierra y confirmando la presencia de Próxima c.

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