Empresarios estadounidenses encienden las alarmas ante posible fin de #TLCAN

Economía México

Las alarmas están encendidas en gran parte de la industria y el comercio estadounidense. La posibilidad de que Estados Unidos se retire del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) tiene a miles de empresarios e industriales de este país al borde de un ataque de nervios.

“Hemos llegado a un momento crítico (de la renegociación del TLCAN)”, advirtió el martes 10 Thomas J. Donohue, presidente de la Cámara de Comercio de EU, uno de los grupos de cabildeo más fuertes en el país y que representa los intereses de más de 3 millones de negocios. “Y no hemos tenido otra opción más que encender las alarmas”.

No es para menos. La cuarta ronda de revisión del TLCAN trajo a la mesa algunos de los temas más controversiales y difíciles de la negociación, cerrando cada vez más la posibilidad de llegar a acuerdos en asuntos como las reglas de origen, la solución de disputas en temas de inversión y la permanencia misma del tratado en el largo plazo.

Un día antes del inicio de la ronda, el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, advirtió en el Senado que la terminación del TLCAN “no será el fin del mundo” y agregó que México estaba preparado para levantarse de la mesa si las condiciones no son favorables. Un escenario como este daría pie a que la administración de Trump anuncie su retiro del acuerdo comercial.


“Si la administración ordena un retiro del TLCAN –lo que requeriría un periodo de seis meses de espera–, nuestros socios en México y Canadá no lo verían como una táctica de negociación. En vez de eso, se cerrarían las puertas para futuras negociaciones porque esos gobiernos han dejado claro que no negociarán con una pistola apuntando a su cabeza”, dijo Donohue.

“Estados Unidos podría esperar aranceles más altos, se romperían las cadenas de producción y se reduciría la cooperación en otras áreas prioritarias como la lucha contra el terrorismo o los esfuerzos antinarcóticos,” advirtió el representante empresarial.

Simon Lester, analista de políticas comerciales para el Instituto Cato, coincide en que el retiro de EU del TLCAN sería el peor escenario posible, ya que al afectar las cadenas de producción se mermarían los estándares de competitividad de la región entera. Los consumidores y los negocios estadunidenses sufrirían el impacto directo, dice.

Entre las propuestas más controversiales figura la inclusión de una nueva cláusula llamada “sunset clause” que estipula que el acuerdo terminaría después de cinco años, al menos que todas las partes decidan continuar. Empresarios como Donohue consideran que esta disposición introduce un factor de incertidumbre para los negocios e inversionistas.

Un estudio realizado por Boston Consulting Group, para la Asociación Manufacturera de Motores y Equipo, indicó que un eventual retiro de Estados Unidos del TLCAN afectaría la meta de revertir la tendencia de manufacturar piezas a menor costo en otros países e impactaría fuertemente al sector automotriz estadounidense.

“Un incremento en las tarifas arancelarias o en las reglas de origen podría impactar los costos por vehículo sustancialmente”, dice el estudio. “Y esto pondría a las compañías automotrices de Estados Unidos en desventaja frente a países como Alemania, los cuales importan aproximadamente el mismo porcentaje de componentes de países con bajos costos.”

Debido al encarecimiento de los autos y la consecuente reducción en las ventas, la industria automotriz perdería entre 25 mil y 50 mil puestos de trabajo, indicó el documento.

“Unos 300 mil empleos manufactureros dependen totalmente del acuerdo de libre comercio en esta área”, dice Jon Barela, director ejecutivo de Borderplex Alliance, una organización no lucrativa dedicada a promover el desarrollo de la región El Paso-Ciudad Juárez-Las Cruces. “No sólo la economía fronteriza estaría en un gran riesgo si el TLCAN concluye. La economía nacional (de Estados Unidos) también resentiría el efecto”.

Barela menciona los cerca de 5 millones de empleos estadunidenses que dependen del Tratado de Libre Comercio y enfatiza que estados como Pensilvania, Indiana, Ohio, Michigan y Wisconsin, en los que Trump ganó la elección, perderían miles de empleos por una eventual cancelación del acuerdo comercial.

Sin embargo, define su estado de ánimo como “cautelosamente optimista”, porque siente que en las negociaciones se impondrá la razón económica. El TLCAN, dice, es una poderosa máquina en los Estados Unidos y está detrás de la generación de miles y miles de empleos.

“Es muy difícil prever qué sucederá. No sabemos el nivel de compromiso de la administración Trump. Sólo queda esperar, pero por ahora, no estoy muy confiado”, dice el analista Lester.

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