En un movimiento de gran trascendencia para el pugilismo nacional, la Federación Mexicana de Boxeo (FMB) ha anunciado oficialmente su afiliación a World Boxing (WB).
Este organismo, recientemente reconocido por el Comité Olímpico Internacional (COI), es ahora la entidad encargada de organizar y regular el boxeo amateur con miras a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. La adhesión de la FMB no solo asegura la participación de los boxeadores mexicanos en el próximo ciclo olímpico, sino que también les abre las puertas a competiciones internacionales de alto nivel, como el Campeonato Mundial de Liverpool, Inglaterra, en septiembre de 2025.
La decisión de la Federación Mexicana de Boxeo de unirse a World Boxing pone fin a años de incertidumbre para el pugilismo mexicano. La Asociación Internacional de Boxeo (IBA), que antes era la máxima autoridad, perdió el reconocimiento del COI, lo que puso en riesgo la permanencia del Boxeo Olímpico en el programa de los Juegos Olímpicos 2028. Sin un organismo avalado por el COI, los atletas mexicanos y de otras naciones no tendrían una vía clara para competir en la justa cuatrienal.
Afortunadamente, en febrero de 2025, el Comité Olímpico Internacional otorgó el reconocimiento provisional a World Boxing, consolidándola como la nueva Federación Internacional responsable de regir el boxeo a nivel mundial dentro del movimiento olímpico. La FMB se suma ahora a un creciente número de federaciones nacionales –más de 100 en total, incluyendo a Cuba– que han optado por afiliarse a WB, lo que, según Boris van der Vorst, presidente de World Boxing, es un «logro enorme» que garantiza que el boxeo siga siendo «el corazón del Movimiento Olímpico».
Para México, esta afiliación es celebrada como una «oportunidad sin precedentes». Óscar Contreras, presidente de la FMB, enfatizó la importancia de este paso, recordando que el boxeo ha sido una de las disciplinas más exitosas en la historia deportiva del país, con 14 medallas olímpicas. La FMB confía en que, al estar bajo el paraguas de una federación internacional que comparte sus valores, el pugilismo mexicano podrá aspirar a aún mayores logros en el futuro.

La afiliación de la Federación Mexicana de Boxeo a World Boxing es una jugada estratégica de alto impacto, tanto para el deporte a nivel nacional como para el panorama del Boxeo Olímpico global. Este movimiento pone de manifiesto la necesidad de alineación con las directrices del COI y la búsqueda de estabilidad tras años de turbulencia en la gobernanza del boxeo amateur.
Un beneficio clave para México es la certidumbre y el acceso a la vía olímpica para sus pugilistas. Durante un tiempo, la incertidumbre sobre la participación del boxeo en los Juegos Olímpicos 2028 generó preocupación. Ahora, con la FMB bajo el ala de World Boxing, los atletas mexicanos tienen una ruta clara para clasificar y competir en Los Ángeles 2028, lo que es fundamental para una nación con una rica tradición y éxito en esta disciplina. Esto también garantiza la participación en campeonatos mundiales y otros eventos internacionales reconocidos, vitales para el desarrollo y fogueo de talentos.
Sin embargo, esta transición también presenta retos. Implica una adaptación a las nuevas normativas y estructuras de World Boxing, lo que podría requerir ajustes en los procesos internos de la FMB, desde la organización de competencias hasta la formación de entrenadores y el sistema de calificación. Además, la consolidación de World Boxing como la entidad rectora significa que la FMB debe ahora fortalecer su rol dentro de esta nueva estructura global, contribuyendo activamente a su desarrollo y asegurando que los intereses del boxeo mexicano estén bien representados.
Finalmente, este evento es un avance para la transparencia y el futuro del boxeo amateur a nivel mundial. La ruptura del COI con la antigua Asociación Internacional de Boxeo (IBA) se debió a problemas de gobernanza, finanzas y ética. La rápida consolidación de World Boxing, superando ya las 100 federaciones afiliadas, demuestra la voluntad de las naciones de adherirse a un modelo más limpio y alineado con los principios olímpicos. Esto es una victoria para la integridad del deporte y para los atletas, quienes ahora pueden enfocarse en su preparación con la confianza de que el camino olímpico está despejado y bajo una dirección transparente.