La Ciudad de México está bajo el agua, y no es una metáfora.
Una temporada de lluvias de intensidad histórica ha sumergido colonias enteras, colapsado vialidades y puesto en jaque la infraestructura de la capital. Pero más allá de los daños materiales, estas inundaciones en CDMX están activando una crisis social silenciosa y profunda: el riesgo de un desplazamiento masivo. Para miles de familias en alcaldías como Tláhuac e Iztapalapa, la disyuntiva ya no es cómo proteger sus bienes del agua, sino si es posible seguir viviendo allí. Este fenómeno, alertan los especialistas, es la consecuencia previsible de una historia de malas decisiones urbanas, ahora acelerada por un riesgo climático cada vez más extremo.
Las Cifras de la Emergencia
El gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Clara Brugada, enfrenta un desafío de proporciones históricas. Las cifras oficiales revelan la magnitud de la crisis hídrica que azota a la urbe:
- Récord Histórico de Lluvias: Junio de 2025 rompió el récord de precipitaciones desde 1968, con un volumen de 337 millones de metros cúbicos de agua cayendo sobre la cuenca.
- Frecuencia y Severidad: Durante la presente temporada, se han llegado a registrar entre 40 y 90 encharcamientos y anegaciones diarias. Eventos extremos, como el del 2 de junio, vieron caer entre 50 y 70 milímetros de lluvia en solo 24 horas.
- Mapeo de las Zonas Críticas: Un mapeo satelital realizado por la UNAM ha identificado las «zonas cero» de las inundaciones, incluyendo áreas en Gustavo A. Madero (La Laguna Ticomán), Azcapotzalco (Parque Tezozómoc), Miguel Hidalgo (Reforma Social), Cuajimalpa, y de forma crítica, Tláhuac (La Ciénega) y varias secciones de Iztapalapa.
Las Causas Profundas: Memoria del Lago y Vulnerabilidad Construida
Para entender por qué la Ciudad de México se inunda de esta manera, es necesario mirar más allá de la lluvia y escuchar a los expertos. La doctora Judith Domínguez, especialista del Colegio de México (Colmex), explica que la crisis actual es el resultado de la confluencia de tres factores: la historia, el desarrollo urbano y el cambio climático.
- La Memoria del Agua: «La Ciudad de México tiene una propensión histórica a inundarse», señala Domínguez. Fundada como México-Tenochtitlán sobre un sistema de lagos, la urbe se erigió sobre un terreno que naturalmente busca volver a su estado original. «Porque es un lago y el agua, como se dice, tiene memoria. El agua regresa siempre al cauce por el que pasaba».
- La Vulnerabilidad Construida Socialmente: Durante décadas, el crecimiento desmedido de la mancha urbana pavimentó zonas de absorción natural, lecho de ríos y áreas de riesgo. Esta expansión, a menudo desregulada, creó una «vulnerabilidad construida socialmente», dejando a millones de personas asentadas en lugares donde el desastre era solo cuestión de tiempo.
- La Insuficiencia de la «Infraestructura Gris»: La solución histórica de la ciudad siempre fue la ingeniería a gran escala: el Tajo de Nochistongo en la época colonial, el Gran Canal de Desagüe, y más recientemente, el Túnel Emisor Oriente. Sin embargo, Domínguez advierte que esta «infraestructura gris», aunque monumental, es una solución reactiva que ya no es suficiente para hacer frente a la intensidad y frecuencia de las lluvias que el cambio climático México está provocando.
«Lo Estamos Perdiendo Todo»: El Rostro Humano del Desplazamiento
Detrás de las cifras y el análisis técnico, existe un drama humano que se vive en las calles inundadas. Testimonios recogidos por la prensa pintan un cuadro desolador y confirman que el desplazamiento ya ha comenzado a nivel personal y familiar.
- El Dilema en Tlalpan: Liliana Aristy, residente de Villa Coapa de 28 años, describe una situación insostenible. «Aquí en Coapa (…) cada vez que llueve se llena de agua; casi hasta las rodillas. Además, son aguas negras, huele horrible, es un foco de infección». La repetición anual de este escenario la ha llevado, junto a su familia, a considerar seriamente la posibilidad de mudarse. «Sé que no soy la única que coquetea con esa alternativa, tengo amigos que también lo dicen porque quieren una mejor vida».
- La Desesperación en Iztapalapa: La situación de Adrián Meza, de 34 años y habitante de Ejército Oriente, es aún más crítica. Las inundaciones no solo han invadido su hogar, sino que han destruido su patrimonio. «A mí me tocó echar a la basura cosas por las que trabajé años, no sólo yo, toda mi familia», lamenta. Como repartidor en bicicleta, las inundaciones también paralizan su capacidad de generar ingresos. La conclusión para él y su familia es desgarradora pero clara: «Por eso nos queremos ir a Hidalgo, con mi familia (…) fuimos muy felices, pero ahora lo estamos perdiendo todo».
Estas historias validan la advertencia de los especialistas: las inundaciones en CDMX ya son un motor de desplazamiento forzado.
El Reto a Futuro: ¿Hay Soluciones para la Ciudad de México?
Enfrentar una crisis de esta magnitud requiere un cambio de paradigma. La doctora Domínguez subraya que las soluciones no son simples ni rápidas, pero son urgentes.
- Inversión Acorde al Problema: Se necesita un presupuesto destinado a la gestión del agua que esté a la altura de la emergencia, reconociendo que es un tema de seguridad nacional.
- Cultura Ciudadana y Regulación: Es fundamental regular el manejo de la basura y educar a la población para evitar que los desechos terminen en el drenaje, una de las principales causas de bloqueos que agravan las inundaciones.
- Infraestructura Verde: La solución más importante a largo plazo es apostar por la «infraestructura verde». Esto implica crear espacios que permitan la recarga natural de los acuíferos: conservar las pocas áreas verdes que quedan, crear nuevos parques y zonas de captación, y promover el uso de pavimentos permeables que permitan que el agua se filtre en lugar de correr por la superficie.
Sin embargo, la especialista del Colmex advierte con crudeza sobre las limitaciones actuales: «En el futuro ya es muy poco lo que se podrá hacer. El problema es lo que hicimos años anteriores».
La Lucha Contra el Agua y el Tiempo
Las inundaciones en CDMX de la temporada 2025 han dejado de ser un problema estacional para convertirse en una emergencia crónica y un claro síntoma del riesgo climático que enfrenta la metrópoli. La amenaza de un desplazamiento por inundaciones a gran escala ya no es una hipótesis, sino una realidad palpable en las vidas de miles de capitalinos.
La respuesta no puede seguir siendo la de construir un drenaje más grande. El gobierno de Clara Brugada y los futuros líderes de la ciudad enfrentan la tarea monumental de rediseñar la relación de la urbe con el agua. Esto implica una inversión masiva en infraestructura verde, una estricta regulación del desarrollo urbano y la dolorosa aceptación de que algunas zonas de la ciudad, por la memoria del lago sobre el que fueron construidas, quizás ya no sean viables para la vida humana a largo plazo. La lucha no es solo contra el agua, sino contra el tiempo y contra décadas de decisiones que han puesto a la capital al borde del abismo.
