Se ha dado a conocer que tanto México quien es el ejemplo más palmario de una máxima económica, y Chile, de que la inestabilidad política y social provocada por un crecimiento muy desigual son los países que han afectado el buen funcionamiento de una economía. Ambos factores en el extremo norte y sur de América Latina presionarán a la baja el PIB regional este año y el próximo, hasta un crecimiento el 1,6% y el 2,3% respectivamente, dos y una décima menos de lo que previsto en octubre pasado, según las cifras publicadas este lunes por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el marco del Foro de Davos.
El contrapeso lo pone Brasil, por mucho la mayor potencia económica regional, donde el mayor dinamismo inyectará este ejercicio algo de brío a la actividad del área. Con todo, la expansión de la economía latinoamericana y caribeña será notablemente mayor en 2020 y 2021 que en el año recién terminado, cuando a duras penas superó el 0% (0,1%).
La rebaja en las proyecciones de crecimiento no se circunscribe, ni mucho menos, a Latinoamérica y el Caribe. En su actualización de este lunes, el FMI reduce en una proporción similar (una décima este año, dos el próximo) su pronóstico para la economía global.
Las correcciones a la baja para el bloque latinoamericano, apuntan los técnicos del Fondo en su actualización de previsiones, «se deben a un recorte en las previsiones de crecimiento de México [1% este año y 1,6% el próximo, en ambos casos tres décimas menos de lo esperado hasta ahora] por la continua debilidad de la inversión y una importante revisión a la baja del crecimiento de Chile, que se ha visto afectado por la tensión social». Para conocer el tamaño de la dentellada sobre la economía del país sudamericano habrá que esperar unas semanas, cuando la oficina estadística chilena haga pública la cifra de expansión de cierre de 2019, pero la entidad con sede en Washington anticipa, a su manera, que será importante.