El mundo del rock está de luto. La figura que se convirtió en el indiscutible «Príncipe de las Tinieblas», se ha apagado.
Ozzy Osbourne, el legendario líder de Black Sabbath e ícono global del heavy metal, falleció a los 76 años. La noticia, confirmada este martes, ha desatado una ola de pesar entre millones de fanáticos y músicos. Aunque las causas oficiales de su muerte no han sido detalladas, Ozzy enfrentaba una valiente y pública batalla contra la enfermedad de Parkinson y una serie de complicaciones de salud que lo forzaron a retirarse de los escenarios en 2023. Su partida marca el fin de una era, pero su legado, forjado en riffs oscuros y un rugido inconfundible, es eterno.
Los Inicios: De Birmingham al Nacimiento del Metal
John Michael «Ozzy» Osbourne nació el 3 de diciembre de 1948 en el corazón industrial de Birmingham, Inglaterra. En el seno de una familia de clase trabajadora, el joven Ozzy encontró su vocación en la música, específicamente en el fenómeno que conquistaba al mundo: The Beatles. La escucha de «She Loves You» a los 14 años fue una epifanía; decidió que su destino era ser una estrella de rock.
En 1967, tras varios intentos, formó una banda con su amigo Geezer Butler. Poco después, el dúo se unió al guitarrista Tony Iommi y al baterista Bill Ward. Tras llamarse Polka Tulk Blues y luego Earth, finalmente adoptaron en 1969 el nombre que cambiaría la historia de la música: Black Sabbath, inspirado en una película de terror de Boris Karloff. El nombre encapsulaba perfectamente el sonido que estaban a punto de desatar sobre el mundo.
La Era de Black Sabbath: Forjando un Género Inmortal
Black Sabbath no tocaba rock and roll. Tocaban algo más denso, más lento y más oscuro. Inspirados por el blues-rock de bandas como Led Zeppelin pero llevándolo a un territorio sonoro inexplorado, crearon el heavy metal. La innovación de Tony Iommi, quien adaptó su técnica con cuerdas más graves tras un accidente industrial que le costó las puntas de dos dedos, dio al género su densidad característica. Las letras de Geezer Butler, que abordaban la guerra, la corrupción, el ocultismo y la alienación social, conectaron con una juventud desencantada con el optimismo hippie.
Y en el centro de todo, estaba la voz de Ozzy. Un lamento único, penetrante y lleno de una extraña melancolía que se convirtió en el sello sónico del género. Álbumes seminales como Paranoid
(1970), Master of Reality
(1971) y Sabbath Bloody Sabbath
(1973) no solo fueron éxitos comerciales, sino la biblia sobre la que se construiría todo el metal posterior. Himnos como «War Pigs», «Iron Man» y «Paranoid» son hoy parte del ADN de la música rock.
El Renacimiento en Solitario: El Príncipe Desatado
A pesar de su éxito, los demonios personales de Osbourne, principalmente su adicción al alcohol y las drogas, llevaron a su despido de Black Sabbath en 1979. Lo que pudo ser el fin de su carrera se convirtió en un espectacular segundo acto, orquestado por quien sería su esposa y mánager, Sharon Osbourne.
Como solista, Ozzy no solo sobrevivió, sino que se convirtió en una estrella aún más grande. Su álbum debut, Blizzard of Ozz
(1980), fue una obra maestra. Presentó al mundo al prodigioso guitarrista Randy Rhoads, cuya fusión de rock y técnica clásica redefinió el rol de la guitarra en los 80. Canciones como «Crazy Train» y «Mr. Crowley» se convirtieron en clásicos instantáneos. La trágica muerte de Rhoads en 1982 fue un golpe devastador, pero Ozzy perseveró, descubriendo a otros guitarristas de talla mundial como Jake E. Lee y Zakk Wylde, y continuando una carrera llena de éxitos con álbumes como No More Tears
(1991) y el aclamado Patient Number 9
(2022), que le valió dos premios Grammy.
Más Allá de la Música: Un Ícono de la Cultura Pop
La figura de Ozzy Osbourne trascendió la música para convertirse en un ícono cultural. Su vida, llena de excesos y controversias —como el infame incidente de 1982 en el que le arrancó la cabeza a un murciélago en el escenario—, construyó una leyenda de rebeldía indomable.
Sin embargo, en los años 2000, el mundo descubrió una nueva faceta de Ozzy gracias al reality show de MTV, The Osbournes. El programa lo mostró como un padre de familia entrañable, divertido y a menudo perplejo, conectándolo con una audiencia masiva que no necesariamente conocía su música. Paralelamente, creó el Ozzfest, un festival itinerante que se convirtió en la plataforma más importante para bandas consagradas y emergentes de heavy metal y hard rock durante más de dos décadas.
El Último Rugido: «Back to the Beginning» en Birmingham
A pesar de que su retiro de las giras se anunció en 2023, Ozzy le debía a su público y a su ciudad un último adiós. El 5 de julio de 2025, en el estadio Villa Park de su natal Birmingham, se celebró el concierto final «Back to the Beginning». El evento fue histórico, logrando reunir a la formación original de Black Sabbath —Iommi, Butler y Bill Ward— por primera vez en 20 años.
Visiblemente afectado por su enfermedad, Osbourne cantó sentado en un imponente trono gótico adornado con murciélagos y calaveras, pero su voz, aunque cansada, no había perdido ni un ápice de su poder emotivo. Fue una noche de celebración, con bandas que él mismo influyó, como Metallica, Guns N’ Roses y Slayer, rindiéndole tributo. Su set en solitario incluyó himnos como «Mama, I’m Coming Home» y «Crazy Train», antes de cerrar la noche y su carrera en vivo con Black Sabbath, interpretando «War Pigs», «Iron Man» y, finalmente, «Paranoid».
«No tienen ni idea de cómo me siento. Gracias de todo corazón», dijo un conmovido Osbourne a los más de 40,000 fanáticos. El evento, cuyas ganancias de 190 millones de dólares fueron donadas a la caridad, fue el cierre perfecto para una carrera legendaria.
Un Legado Inmortal en la Oscuridad
Ozzy Osbourne vivió múltiples vidas en una. Fue el arquitecto de un sonido, un sobreviviente de sus propios excesos, una inesperada estrella de televisión y, por encima de todo, un artista cuya música dio voz a millones de personas. Su esposa Sharon lo describió en sus últimos años como una «figura de porcelana», frágil en cuerpo pero con una vitalidad inquebrantable.
Su influencia es incalculable. Como dijo Corey Taylor de Slipknot, Black Sabbath «nos dio el libro de recetas» del metal. Hoy, el «Padrino del Heavy Metal» descansa. Pero su rugido, su risa maníaca y su música resonarán eternamente, asegurando que el Príncipe de las Tinieblas nunca muera del todo.
