El peso mexicano inició la jornada de este 3 de junio con una leve depreciación del 0.16%, cotizando alrededor de 19.24 pesos por dólar.
Este ligero descenso se atribuye directamente a la publicación de las nuevas expectativas de crecimiento económico mundial por parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que generaron una mayor aversión al riesgo global y un fortalecimiento generalizado del dólar estadounidense.
Ajuste de Proyecciones Globales y Tensión Comercial
Durante la jornada, el tipo de cambio del peso mexicano osciló en un rango estrecho, entre un mínimo de 19.20 y un máximo de 19.25 pesos por dólar. El análisis matutino de Banco Base indicó que este movimiento se debe a un fortalecimiento del dólar del 0.34% en su índice ponderado y a la percepción de una desaceleración económica global.
La OCDE recortó su estimación de crecimiento global para 2025 del 3.1% al 2.9%, y también revisó a la baja su previsión para 2026, del 3.0% al 2.9%. Este ajuste responde principalmente a las tensiones comerciales impulsadas por Estados Unidos. Aunque el gobierno estadounidense pausó la aplicación de aranceles superiores al 10%, la incertidumbre que generan estas políticas sigue afectando la confianza económica global.
En cuanto a la economía estadounidense, las perspectivas también se deterioraron, con la OCDE reduciendo su proyección de crecimiento del PIB para 2025 del 2.2% al 1.6%, y para 2026, del 1.6% al 1.5%. El informe advierte que el déficit presupuestario de Estados Unidos seguirá ampliándose, y que restricciones como la política migratoria y la reducción de la fuerza laboral federal contribuirán a frenar la actividad económica.
México: Una Excepción Optimista en el Panorama Global
A diferencia de las perspectivas globales, México se posiciona como una excepción moderadamente optimista en el informe de la OCDE. La organización ajustó su pronóstico para México, proyectando ahora un crecimiento del PIB del 0.4% para 2025, una corrección significativa desde la contracción del 1.3% que había anticipado en marzo. Para 2026, la previsión mejoró de una caída del 0.6% a una expansión del 1.1%.
Según el reporte de la OCDE, en México, el consumo estará respaldado por un bajo desempleo y una inflación a la baja. Sin embargo, este impulso se verá limitado por la elevada incertidumbre interna y global. El documento también señala que la inversión pública en México se verá restringida por los esfuerzos del gobierno para contener el déficit fiscal, mientras que las exportaciones enfrentarán obstáculos debido al entorno global enrarecido por los aranceles y la volatilidad de los mercados.
Impacto de las Proyecciones Económicas en el Peso y la Relación México-EU
La ligera depreciación del peso mexicano tras las revisiones de la OCDE es un recordatorio de la sensibilidad de las divisas emergentes a las expectativas económicas globales. El informe, aunque optimista para México en contraste con el panorama general, subraya la interconexión de las economías y los factores que influyen en ellas.
El principal desafío que la OCDE señala a nivel global es la incertidumbre generada por las tensiones comerciales de Estados Unidos. Aunque los aranceles directos se hayan pausado, la amenaza latente y la volatilidad que implican afectan la confianza empresarial y de inversión en todo el mundo. Esto repercute directamente en el crecimiento económico global y, por ende, en la fortaleza del dólar, que se beneficia en tiempos de aversión al riesgo, presionando a monedas como el peso.
Para México, la revisión al alza en las proyecciones de crecimiento es un beneficio notable, especialmente considerando el contexto de contracción anticipada previamente. Este optimismo se basa en el consumo interno, impulsado por el bajo desempleo y la inflación controlada. Sin embargo, el informe también destaca retos internos y externos: la incertidumbre local y global, las limitaciones a la inversión pública por el déficit fiscal, y las barreras a las exportaciones por el entorno internacional.
La relación con Estados Unidos es ambivalente. Si bien las políticas comerciales estadounidenses generan inestabilidad global, la mejora del pronóstico para México se da en un contexto donde su principal socio comercial enfrenta sus propios retos de crecimiento. Esto sugiere que, a pesar de las tensiones, la dinámica económica interna de México, sumada a la cercanía con el mercado estadounidense, le permite un desempeño relativamente mejor.
La ligera depreciación del peso mexicano refleja la sensibilidad a los pronósticos económicos globales de la OCDE, que, a pesar de la mejora para México, advierten sobre una desaceleración mundial impulsada por las tensiones comerciales de Estados Unidos. Aunque México se muestra como una excepción optimista gracias a su consumo interno, persisten retos por la incertidumbre y las limitaciones fiscales. La interdependencia económica global y las políticas de los principales actores seguirán marcando el ritmo de la divisa mexicana y su desarrollo económico.
