Claudia Sheinbaum ha respondido a las críticas de Donald Trump sobre el manejo de la seguridad y la lucha contra el narcotráfico.
Tras la firma de la Ley HALT Fentanilo en Estados Unidos, acompañada de declaraciones en las que Trump aseguró que México está «petrificado» por el control del crimen organizado, la mandataria mexicana no solo rechazó la acusación de temor, sino que defendió la estrategia de su gobierno, asegurando que México se ha adelantado a las medidas de su vecino del norte y que el verdadero problema de Estados Unidos es su crisis de salud pública y consumo de drogas.
El Origen de la Tensión: La Ley HALT Fentanilo y las Críticas de Trump
El último episodio de fricción se detonó este jueves, cuando el presidente Donald Trump promulgó la Ley HALT Fentanilo. Esta legislación, de gran calado, reclasifica de manera permanente los análogos del fentanilo como drogas de Lista I (el nivel más restrictivo) y endurece significativamente las penas para los traficantes, con sentencias mínimas de 10 años de prisión.
Durante el evento en la Casa Blanca, Trump dirigió duras críticas a México, afirmando que las organizaciones criminales ejercen un «tremendo control» sobre el país. «Las autoridades mexicanas están petrificadas, temen presentarse en sus oficinas… porque los cárteles controlan a los políticos», advirtió el mandatario estadounidense. Estas declaraciones forman parte de una narrativa que busca presionar a México para que intensifique sus acciones contra los cárteles, una perspectiva que la administración de Sheinbaum rechaza frontalmente.
La Respuesta de México: Soberanía, Salud Pública y Datos
La réplica de la presidenta Sheinbaum desde Palacio Nacional fue una defensa estructurada de la política de seguridad y una contrapropuesta al enfoque estadounidense. Su respuesta se basó en tres ejes principales:
- México, Adelantado en la Lucha Legal: Sheinbaum desestimó la novedad de la ley estadounidense, argumentando que México ya ha implementado medidas similares o incluso más estrictas. «Eso ya lo habíamos hecho en México», afirmó, refiriéndose al endurecimiento de las penas. Recordó que la Constitución mexicana, en su artículo 19, ya contempla mecanismos de control para los precursores químicos, no solo para el fentanilo ya producido. Aseguró que a través de Cofepris y la Secretaría de Marina se realiza un seguimiento exhaustivo de los precursores legales para evitar su desvío al mercado ilícito, una medida que, según ella, se tomó «desde hace rato».
- El Problema es el Consumo en EEUU: La presidenta cambió el foco del debate, de la producción en México al consumo en Estados Unidos. «Mientras no reconozca (Estados Unidos) el grave problema de adicción de los jóvenes a las drogas, no va a… no todo es policías, no todo es Guardia Nacional», sentenció. Sheinbaum argumentó que la crisis estadounidense es fundamentalmente de salud pública, producto de una falta de programas para la juventud y una desintegración social. Cuestionó la eficacia de la estrategia estadounidense al preguntar: «¿Cuántos detenidos vemos en Estados Unidos relacionado con tráfico de fentanilo o de armas a México? Pues es poco».
- Rechazo a la Injerencia y Defensa de la «Valentía»: Frente a la acusación de que México está «petrificado», la respuesta de Sheinbaum fue un rotundo «¿Que tenemos miedo? Pues no, ¡claro que no!«. La mandataria diferenció su gobierno del de administraciones pasadas, como la de Felipe Calderón, cuyo secretario de Seguridad, Genaro García Luna, fue condenado en Estados Unidos. Afirmó que su gobierno no permite la injerencia de agencias extranjeras «a niveles que no deberían». Definió la verdadera valentía no solo como la capacidad de decisión en seguridad, sino como la «honestidad» y la defensa de los principios de su proyecto de nación.
Un Plan de Comunicación para Informar a Washington
Reconociendo una aparente falta de información por parte de la Casa Blanca, la presidenta Sheinbaum instruyó a las secretarías de Relaciones Exteriores y de Seguridad a elaborar un informe detallado sobre las acciones de México en la lucha contra el fentanilo. Este material, que incluirá un video, se distribuirá a congresistas, al gobierno de Estados Unidos y al propio presidente Trump.
«Vamos a buscar que esté bien informado el presidente Trump sobre lo que estamos haciendo», dijo. El objetivo es mostrar los resultados concretos en incautaciones de metanfetaminas, cocaína y fentanilo, así como las detenciones realizadas, para contrarrestar la narrativa de inacción. La presidenta admitió que «hay problema relacionado con violencia», pero enfatizó que se está trabajando «todos los días» para garantizar la paz y evitar el tráfico de drogas por un principio de «humanismo».
Un Choque de Visiones sobre un Problema Compartido
La confrontación verbal entre Sheinbaum y Trump expone dos visiones fundamentalmente distintas para abordar la crisis del fentanilo, un problema que es innegablemente compartido.
- La Visión de Estados Unidos (Trump): Se centra en la oferta. La estrategia es punitiva y de presión externa. Considera que el problema se origina en la producción y el tráfico desde México, y que la solución radica en que el gobierno mexicano «haga más» para desmantelar a los cárteles. La Ley HALT Fentanilo es la máxima expresión de este enfoque: endurecer las leyes y castigar a los traficantes.
- La Visión de México (Sheinbaum): Se centra en la demanda y la corresponsabilidad. Si bien reconoce el problema de producción y violencia en su territorio, argumenta que este es alimentado por la insaciable demanda de drogas en Estados Unidos y por el flujo de armas de norte a sur. La solución, desde esta perspectiva, no puede ser únicamente policial, sino que debe incluir una masiva inversión en salud pública y prevención de adicciones en Estados Unidos.
Entre la Diplomacia de Datos y la Soberanía
La respuesta de Claudia Sheinbaum a las críticas de Donald Trump marca una línea clara en la política exterior de su gobierno: cooperación sin subordinación. Al rechazar la narrativa del «miedo» y contraargumentar con datos y una crítica al modelo de consumo estadounidense, México busca reposicionarse en la compleja relación bilateral.
La decisión de enviar un informe detallado a Washington es una jugada de diplomacia pública que intenta pasar de la confrontación retórica a un debate basado en hechos. Sin embargo, el choque de visiones persiste. Mientras Estados Unidos siga enfocando la crisis del fentanilo principalmente como un problema de seguridad y oferta externa, y México como uno de salud pública y demanda interna, la tensión continuará. La valentía, como la definió Sheinbaum, radicará en la capacidad de su gobierno para defender su estrategia soberana mientras navega las turbulentas aguas de la cooperación con un vecino que exige resultados bajo sus propios términos.
