Sheinbaum Respalda Elección y Cuestiona Oposición

Política

La presidenta Claudia Sheinbaum ha calificado la elección judicial del pasado domingo como un evento «inédito, impresionante, maravilloso, democrático».

En un contundente mensaje, la mandataria federal utilizó los resultados de la elección presidencial de 2024 para argumentar que la votación por el Poder Judicial superó en número a los votos obtenidos por la oposición, refiriéndose implícitamente al PRIAN.

Participación Ciudadana y Críticas a la Oposición

Sheinbaum destacó que «13 millones de personas ayer salieron a votar», lo que representa «más del doble de los que votan por el PRI, más de los que votan por el PAN» en la elección presidencial de 2024. Estos datos, aunque representaron entre el 12 y el 13 por ciento del padrón electoral según el Instituto Nacional Electoral (INE), fueron presentados por la presidenta como un «éxito».

La mandataria federal lanzó una crítica directa a la oposición, señalando: «Por ellos votan menos de los que votaron para el Poder Judicial (…) Ellos dicen que participó muy poca gente, pero son más de los que les dieron su voto hace un año». Con esto, Sheinbaum buscó deslegitimar las críticas sobre la baja participación en la elección judicial, utilizando una comparación directa con el apoyo electoral que recibió la coalición PRIAN en comicios anteriores.

Además, Sheinbaum minimizó la controversia sobre el uso de «acordeones» (notas) para votar, argumentando que las personas, incluyendo a su esposo Jesús María Tarriba, simplemente llevaban sus apuntes de la elección. También desestimó los comentarios de un analista estadounidense que sugería que la votación se dio después de una «gran campaña», enfatizando que las campañas fueron «muy austeras después de un proceso de selección».

La secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, se sumó a las declaraciones, afirmando que fue una «elección ejemplar» y reconociendo a la ciudadanía por su «participación histórica», destacando que los votantes se interesaron, estudiaron y votaron con inteligencia. Para Rodríguez, el proceso fue «innovador» y generó interés, representando un «paso firme en la justicia».

Precedentes y Contexto de la Participación

La presidenta Sheinbaum estableció una comparación con la consulta popular para enjuiciar a expresidentes, donde la participación fue del 7%. Aunque los resultados de esa consulta fueron a favor de los enjuiciamientos, no fue vinculatoria al no alcanzar el mínimo de participación requerida, un hecho que se dio en el contexto de la postura del expresidente Andrés Manuel López Obrador de no llevar a sus antecesores a juicio.

Al inicio de su conferencia en Palacio Nacional, la presidenta se mostró optimista, calificando la votación como «buena, responsable» y un «gran ejercicio», aunque admitió que «todo es perfectible».

Narrativa Política y la Legitimación de la Participación Democrática

La reacción de la presidenta Claudia Sheinbaum ante la elección judicial es un claro ejemplo de cómo la narrativa política se construye en torno a la legitimación de procesos democráticos, especialmente aquellos impulsados por el gobierno en turno. Su insistencia en el «éxito» de la votación y la comparación directa con el apoyo electoral de la oposición (PRIAN) revelan una estrategia para reforzar la percepción de respaldo popular a sus reformas.

El beneficio clave de esta narrativa para el gobierno es la legitimación de la reforma judicial. Al destacar que 13 millones de personas participaron, y que esta cifra es superior a los votos obtenidos por los partidos de oposición en 2024, Sheinbaum busca contrarrestar las críticas sobre la baja participación (un 12-13% del padrón). Este enfoque recontextualiza lo que, numéricamente, podría parecer un porcentaje modesto, transformándolo en un signo de apoyo considerable en comparación con el voto «duro» de la oposición. Esto es crucial para impulsar una reforma que se anticipa generará resistencia en el Congreso.

Sin embargo, esta estrategia también presenta retos. La comparación directa con elecciones pasadas puede ser debatible, ya que la naturaleza de una elección judicial es distinta a la de una presidencial, con diferentes niveles de interés y movilización. Minimizar el uso de «acordeones» o la «campaña austera» podría ser visto como una forma de eludir las críticas sobre la transparencia y la calidad del proceso electoral. Además, al confrontar directamente a la oposición con cifras de votación, el gobierno polariza aún más el debate sobre una reforma que, por su calado, requeriría un amplio consenso.

Un avance en la democracia podría ser la mayor participación ciudadana en la elección de un poder independiente, pero el verdadero impacto dependerá de cómo se traduzca esta participación en un sistema judicial más transparente y eficiente. La declaración de la Secretaria de Gobernación sobre una «participación histórica» y un proceso «innovador» busca solidificar esta percepción de un paso adelante en la justicia.

Finalmente, este episodio subraya la importancia de la interpretación de los datos electorales en el discurso político. Lo que para unos es baja participación, para otros es un logro si se compara con el apoyo de la oposición. La clave reside en cómo el gobierno logra convencer a la ciudadanía y a los actores políticos de la validez y el impacto positivo de esta nueva forma de elegir a sus jueces.