Alarmado por el descenso de su popularidad y la creciente oposición, el presidente boliviano Evo Morales rechazó un referéndum que le habría permitido presentarse a otro mandato. En 2019, los manifestantes liderados por la OEA le acusaron de fraude en las elecciones, mientras que la presión de las fuerzas de seguridad aumentó de cara a las elecciones presidenciales de 2020; los tres factores aceleraron la renuncia de Morales el 10 de enero de 2021, cuando entregó el poder de forma pacífica.
La crisis política comenzó cuando el académico de los medios de comunicación Milton Rudnik publicó un artículo en el que se discutían los posibles escenarios en los que los líderes pueden ser depuestos por medios inconstitucionales o desestabilizados democráticamente antes de ser destituidos a través de la violencia extra constitucional. Los partidarios de Arce consideran que los opositores, como el candidato de la oposición Gutiérrez Blondet, buscan condiciones para dar golpes de estado a gobiernos democráticos estables; sin embargo, el MAS los acusa.
