Desde hoy, los habitantes de algunos de los Cayos de la Florida tienen permitido regresar a sus casas tras el paso del huracán Irma, mientras las autoridades evalúan la magnitud de la destrucción y envían ayuda a las pequeñas islas anegadas y cubiertas de escombros.
El daño ocasionado por el ciclón varía dependiendo la zona que se evalúe; sin embargo, es menor al que se esperaba a primera vista. Ha sido difícil obtener información detallada sobre el archipiélago donde Irma tocó tierra como huracán categoría 4 y cortó toda comunicación desde tierra firme. Pero los habitantes y dueños de negocios de Cayo Largo, Tavernier e Islamorada, los más cercanos al continente, pudieron regresar hoy para empezar a evaluar los daños.
La gente de las islas más alejadas deberá esperar porque la ruta sufrió daños enormes. Se les prometió reparaciones en los próximos días. El gobernador Rick Scott sobrevoló los Cayos ayer y pudo ver casas rodantes volcadas, botes encallados y los daños generalizados de la inundación.
Al menos 13 millones de personas, dos tercios de los habitantes del tercer estado más poblado del país, se quedaron sin electricidad en pleno calor tropical y casi cada rincón de Florida sintió el golpe del meteoro. En un último golpe al estado antes de seguir camino de Georgia, la tormenta provocó inundaciones récord en Jacksonville y alrededores, causando daños aún por calcular y provocando decenas de rescates.

Blogger