El acceso universal a la escuela es aún una utopía en prácticamente medio mundo, quince años después del lanzamiento del programa «Educación para todos» de la Unesco, que necesita 22 mil millones dólares anuales para que dentro de otros tres lustros esta lacra haya desaparecido del planeta.
La organización de Naciones Unidas para la educación presentó hoy en Nueva Delhi, París y Naciones Unidas su informe de evaluación sobre el programa «Educación para Todos» de 2015, el «año límite» en el que tenían que haberse cumplido todos sus objetivos.
Aunque solo uno de cada tres países han alcanzado todos los objetivos fijados en 2000, Unesco considera que en todo el mundo se han registrado avances impresionantes. Sin embargo, el director de este análisis, Aaron Benavot, advirtió en Nueva Delhi de que «a no ser que se emprenda una acción concertada y se otorgue a la educación la atención que no se le ha dispensado en los últimos quince años, seguirá habiendo millones de niños excluidos de los sistemas educativos».
Un 52% de los países ha conseguido un acceso universal a la educación primaria, pero del 48% restante solo un 10% está cerca de lograrlo. El otro 38% sigue lejos o muy lejos de esta meta, lo que conllevará que unos cien millones de niños no terminarán este ciclo formativo en 2015, uno de cada seis en naciones pobres, según el informe.
Un tercio de los niños sin escolarizar vive en zonas en guerra y los hijos de las familias más pobres tienen cinco veces menos probabilidades de acabar este ciclo que los ricos. No obstante, el organismo destaca que se ha logrado que ingresen en la escuela primaria muchos más niños de los que se habrían escolarizado si hubieran persistido las tendencias predominantes en los años 90.

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