Hoy en día, la tecnología se ha convertido en una herramienta de gran utilidad para la educación; una de las razones principales es que los niños están expuestos a las más recientes innovaciones tecnológicas desde temprana edad, por lo que están acostumbrados a obtener información a través de imágenes y juegos, en tabletas, videojuegos y otros dispositivos interactivos con pantallas.
Por lo anterior, las escuelas han tenido que implementar este tipo de herramientas en el salón de clases para alinearse con la manera en la que los niños y jóvenes interactúan con su entorno. Es así como uno de los dispositivos más utilizados y efectivos son los proyectores en el aula, los cuales permiten a los docentes complementar la manera principal de aprendizaje del ser humano, y la cual se lleva a cabo mediante la senso-percepción, es decir, a través de los sentidos.
De la senso-percepción se derivan los estilos de aprendizaje, que en el área educativa son tres: auditivo, visual y kinestésico. El ser humano tiene una percepción cognitiva –en la cual se basa el aprendizaje–, que se sustenta principalmente en lo auditivo y visual. La vista es el más valioso de los sentidos, ya que representa tres cuartas partes de nuestras percepciones y brinda la información más completa y detallada del mundo externo.
Por ello, los proyectores son un elemento perfecto de apoyo para el área visual, ya que ejemplifican mediante gráficos e imagen en movimiento los temas de la clase, compartiendo con todo el grupo la información y permitiendo una colaboración que fortalece los conocimientos.
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Maryland, los estudiantes que aprendieron de materiales con texto y gráficos, produjeron de 55 a 121 por ciento más soluciones correctas a problemas. Esto se debe a que el uso de imágenes disminuye la naturaleza abrumadora del texto, ayudando a los estudiantes a manejar la carga cognitiva, incrementando la retención de información, gracias a elementos como el diseño y el color.
Tener un proyector en clase proporciona diversos beneficios, y permite ofrecer maneras creativas de enseñar, como:
- Oportunidad de mostrar datos, imágenes, videos y sonidos en el salón.
- Da la oportunidad de ver información y materiales educativos de cerca, por ejemplo, una imagen microscópica de una célula.
- Proyecciones a gran escala, permitiendo a todos los alumnos –desde cualquier lugar del salón–ver con claridad la imagen.
- Facilita el trabajo colaborativo; por ejemplo, editar un texto con ayuda de todos los alumnos para enseñarles gramática y ortografía.
- Ideal para presentaciones de los alumnos, las cuales ayudan a mejorar la capacidad de síntesis de información, así como a perder el miedo escénico.
- La simulación permite a los estudiantes visualizar situaciones de la vida real.
Para que un proyector sea una herramienta aún más efectiva, debe tener características tecnológicas que lo harán más apto para este fin. Las escuelas e instituciones deben tomarlas en cuenta para hacer una mejor compra, de un dispositivo duradero y que les represente un ahorro monetario a largo plazo.
De acuerdo con el sitio Edutopia de la Fundación Educativa George Lucas, el proyector usado en el salón de clases debe contar con ciertos requerimientos técnicos para hacer más efectivo el aprendizaje, como tener varias entradas multimedia y capacidad para permanecer encendido por largos periodos de tiempo.
Una de las características más importantes –según Edutopia–, es el nivel de brillo, el cual debe ser, por lo menos, de 1,000 lúmenes o de preferencia mayor, para que las imágenes sean visibles aún con la luz prendida, de lo contrario, con un proyector que sólo sea visible con las luces apagadas, los alumnos pueden sentir sueño y no tendrán la oportunidad de tomar notas.
Hoy en día, las compañías tecnológicas han avanzado a grandes pasos con la creación de proyectores que cumplen las necesidades de los docentes y los alumnos. Tal es el caso de CASIO con su nuevo proyector EcoLite™ que cuenta con la revolucionaria tecnología LampFree® cuya ventaja sobre otras marcas es que contiene una fuente lumínica Láser/LED y no utiliza lámparas de mercurio.
Además, la tecnología LampFree® ofrece a las instituciones educativas una solución de ahorro en comparación con los proyectores convencionales que utilizan lámpara ya que éstos generan gastos adicionales durante su vida útil en reposición de lámparas y servicios relacionados, en mantenimiento y en consumo de energía.
Para un plantel educativo que cuenta con una gran cantidad de proyectores en sus salones, los ahorros que EcoLite™ brinda son hasta del 46% en 5 años.
En cuanto a los docentes, la tecnología LampFree® ofrece un rápido encendido y conectividad, de tal manera que la imagen se puede apreciar al 100% en tan sólo ocho segundos con 2700 lúmenes de brillo, es silencioso y no requiere enfriamiento al apagarse. Esto también representa un ahorro considerable de tiempo, proporcionando fluidez en sus lecciones.
La vida útil es de 20,000 horas (aproximadamente), lo que permite un funcionamiento de 10 años con un promedio de uso de 8 horas diarias durante 5 días a la semana.
Iniciativas como las de CASIO permiten a las instituciones educativas contar con una tecnología avanzada, segura y ecológica para dar pie a nuevas y más creativas prácticas de enseñanza. Las escuelas y otras organizaciones que ya aprovechan esta herramienta están proyectando el camino hacia el futuro de la educación.
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