26 abril, 2024

¿Por qué los tiroteos masivos en EE.UU. son cada vez más mortíferos?

Otro día, otro tiroteo masivo en Estados Unidos.

Un pistolero solitario entró en una iglesia bautista en Sutherland Springs, Texas, y disparó con un rifle de asalto Ruger la mañana del domingo. El resultado: 26 muertos —incluidos niños tan jóvenes como 5 años— y por lo menos otros 20 heridos en el que se piensa que es el quinto tiroteo masivo más mortífero en la historia moderna de EE.UU.

La identidad del tirador ha sido reportada como Devin Patrick Kelley, ex miembro de la fuerza aérea quien fue dado de baja deshonrosamente en 2012, pero el motivo del tiroteo aún no está claro. El sospechoso de ser el tirador fue hallado muerto en su vehículo después del incidente.

Los tiroteos masivos en Estados Unidos son cada vez más mortíferos. El tiroteo del domingo fue el más mortífero en la historia de Texas y sucedió poco más de un mes después del peor tiroteo masivo jamás visto en el país, en Las Vegas, cuando Stephen Paddock mató a 58 personas e hirió a más de 500 después de abrir fuego en un festival musical desde el 32º piso del hotel Mandalay Bay. Si se los conjunta con la masacre de junio de 2016 en el club nocturno Pulse de Orlando, en el que el tirador Omar Mateen mató a 49 personas, tres de los cinco tiroteos masivos más grandes en la historia de EE.UU. han sucedido en los últimos dos años.

Entonces, ¿por qué los tiroteos masivos son cada vez más mortíferos?

Tales incidentes a menudo provocan indignación entre los defensores de leyes más estrictas al control de armas de fuego en Estados Unidos. Después de la masacre del domingo, el hashtag #GunControlNow era tendencia en Twitter cuando muchos pidieron restricciones más severas a la compra y posesión de armas de fuego.

EE.UU. desde hace mucho ha sido conocido por su afinidad con las armas de fuego. Los cálculos de la cantidad de armas de fuego en Estados Unidos van desde 270 millones a 310 millones, y el derecho de portar armas está protegido constitucionalmente por la Segunda Enmienda. Se ha demostrado que los estados con leyes de armas de fuego más liberales tienen índices más altos de asesinatos con armas de fuego. Un estudio de 2013 publicado enAmerican Journal of Public Health halló que por cada aumento de 1 por ciento en los niveles de posesión de armas de fuego en un estado, había un correspondiente aumento de 0.9 por ciento en el índice de homicidios con armas de fuego.

Pero según algunos investigadores, reforzar las leyes de armas de fuego no es necesariamente una panacea para los tiroteos masivos en Estados Unidos. Grant Duwe, un reconocido experto en asesinatos masivos y director de investigación del Departamento de Correccionales de Minnesota, escribió en Politico que los “estudios que examinan las prohibiciones a los cargadores de gran capacidad y las leyes para portar armas de fuego ocultas han hallado que tendrían poco o nulo efecto en los tiroteos públicos masivos”.

Otro factor que podría ayudar a explicar el aumento en lo mortífero de los tiroteos masivos en EE.UU. es el efecto de imitador. Un estudio de 2015 enPLOS ONE halló evidencia de que los tiroteos en escuelas y asesinatos masivos podían propagarse “contagiosamente” y que uno de dichos eventos aumentaba las posibilidades de que sucediera un tiroteo por imitación en los siguientes 13 días. El fenómeno es exacerbado por la cobertura mediática moderna de los tiroteos masivos, según los investigadores: incidentes como el tiroteo de Sutherland Springs resultó en una cobertura omnipresente de noticias de última hora (así como teorías extremistas de conspiración) que puede servir de chispa para posibles imitadores.

Aun cuando los tiroteos masivos tal vez se hayan vuelto más mortíferos, algunos investigadores refutan que se estén volviendo más comunes. Duwe define un tiroteo masivo público como un tiroteo donde cuatro o más personas son asesinadas con un arma de fuego dentro de un período de 24 horas en una ubicación pública, y sin que suceda otra actividad criminal, por lo que las guerras territoriales entre pandillas o los robos que salen mal están excluidos. Según esta definición, Duwe dice que han sucedido alrededor de 140 tiroteos masivos públicos desde 1976 —o poco más de tres por año— y que la incidencia de tiroteos masivos públicos desde mediados de la década de 2000 ha sido similar a los índices de finales de la década de 1980 y principios de la de 1990. Lo que ha aumentado, dice Duwe, es la cantidad de personas asesinadas en cada tiroteo masivo: desde 2012, los tiroteos masivos por lo regular han resultado en un promedio de 20 personas que reciben disparos, mientras que antes de 2012, el promedio nunca excedió las 20.

Pero según otras fuentes que tienen una definición más amplia de lo que constituye un tiroteo masivo, los eventos están volviéndose cada vez más comunes. El Archivo de Violencia con Armas de Fuego —el cual define un tiroteo masivo con base puramente en la cantidad de personas a las que se dispara; cuatro o más, sin incluir al tirador— ya ha registrado 307 incidentes de tiroteos masivos en 2017, o casi uno por día.

El tiroteo en Texas posiblemente suscite otra ronda de debates entre los defensores del control de las armas de fuego quienes piden leyes más duras y quienes están a favor de la posesión de armas de fuego —incluido el Presidente Donald Trump— y hallan explicaciones alternativas para las causas de dicha violencia. Pero en vez de buscar ganar puntos políticos, los investigadores dicen que se necesitan más estudios para clarificar por qué la mortandad en los tiroteos masivos en EE.UU. sigue aumentando.

 

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