Inflación promedia 3.8% en 59 meses de administración de EPN

Economía

A pesar de que la inflación repuntó en 2017 y se ubicó durante la primera quincena de diciembre en 6.69 por ciento, tasa de más del doble de la meta puntual de carestía anual Banco de México de tres por ciento, lo cierto es que el problema de la alta inflación en México se ha venido abatiendo sexenio tras sexenio, y muy lejos quedaron atrás esos años en que se registraba en el país un aumento de dos dígitos en el índice de precios.

Durante los primeros 59 meses de la actual administración; es decir, de diciembre de 2012 a octubre del presente año, el promedio de inflación se ubicó en 3.8 por ciento, nivel mucho menor al registrado en el mismo lapso del sexenio anterior, ya que de diciembre de 2006 a octubre de 2011 el alza de precios promedió 4.4 por ciento, en tanto que de diciembre de 2000 a octubre de 2005 la carestía fue de 5.1 por ciento.

Economistas resaltan que el repunte de la inflación durante el presente año se explica principalmente por la eliminación de los subsidios a los precios de los energéticos de enero pasado y por la depreciación del tipo de cambio, asociada a la incertidumbre por del futuro de la relación comercial de México con Estados Unidos, cuya suerte se discute en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Los expertos confían en que la férrea decisión mostrada por el gobernador entrante del Banco de México, Alejandro Díaz de León, por abatir los precios, a costa incluso de seguir aumentando las tasas de interés, permitirá que la carestía en el país medida por medio del Índice Nacional de Precios al Consumidor retome su senda de descenso, aunque de manera lenta, el próximo año y calculan que para fines de 2018 o a más tardar a principios de 2019 la inflación se ubicará por debajo del límite máximo superior de la meta de 4 por ciento y con una clara tendencia hacia el objetivo permanente del Banxico de 3 por ciento.

Cabe recordar que en el lapso del doble mandato de cerca de 8 años, de Agustín Carstens, como gobernador del Banco de México, el cual terminó el 30 de noviembre de 2017, el país logró registrar la inflación más baja de la historia, de 2.13 por ciento en el año de 2015.

Si bien la inflación se disparó en 2017 por factores coyunturales y no estructurales, el Banco de México ha mostrado una firme decisión de abatir los precios, por lo que durante todo el año pasado la política monetaria del Banco de México mantuvo en sesgo restrictivo durante 2017, con un aumento de 1.75 puntos porcentuales en las tasas de interés.

De hecho, en la primera decisión en que participó Alejandro Díaz de León como gobernador del Banco de México, el pasado 14 de diciembre, la Junta de Gobierno de la institución decidió aumentar en un cuarto de punto su tasa de interés de referencia para llevarla a 7.25 por ciento, al considerar que “el panorama para la inflación se ha tornado más complejo”. Banxico advirtió que ante la intensificación de los riesgos que pudieran afectar a la inflación, la Junta estará vigilante y, “en caso de ser necesario, tomará las acciones correspondientes, tan pronto como se requiera”, para asegurar que se mantenga una postura monetaria que fortalezca el anclaje de las expectativas de inflación de mediano y largo plazos y logre la convergencia de esta a su objetivo.

De hecho, el reciente repunte de la inflación a 6.69 por ciento durante la primera quincena diciembre eleva la expectativa entre los analistas de mayores alzas en la tasa de interés del Banco de México.

Entre los principales retos que encarará Alejandro Díaz de León, estará atajar la volatilidad derivada de la renegociación del TLCAN, por el tema político debido a las elecciones presidenciales en México en 2018 y la probable política monetaria más restrictiva en Estados Unidos. Asimismo, deberá convencer a los mercados de que Banxico pronto bajará la inflación al 3 por ciento.

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