El conflicto en Sudán, que enfrenta al Ejército con las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), ha cobrado la vida de más de 4 mil personas en tan solo cuatro meses, según informes de la ONU.
Estas cifras incluyen a «cientos de civiles», entre ellos 435 niños y 28 trabajadores médicos y humanitarios. La situación es aún más alarmante, ya que la intensidad de los combates dificulta la verificación y se cree que las cifras reales son mayores.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos advirtió que algunos de los abusos cometidos en el conflicto podrían constituir crímenes de guerra. Se han reportado casos de violencia sexual y brutalidad por parte de las RSF, incluyendo saqueos y violaciones.
Además, se ha señalado la destrucción de viviendas, escuelas y hospitales, así como la grave crisis humanitaria que afecta a más de 20 millones de personas y ha obligado a más de 4 millones a abandonar sus hogares.
La ONU hace un llamado urgente a cesar los combates, reanudar el diálogo político y garantizar la entrega continua de ayuda humanitaria. Se insta a las partes en conflicto a rendir cuentas por los abusos cometidos y a permitir una investigación exhaustiva sobre los mismos.
Además, se hace un llamado a la comunidad internacional para aumentar la presión política y económica sobre ambas partes y brindar mayor apoyo a las organizaciones humanitarias que trabajan en la región.
