México a la Alza

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Me suben la renta, me suben la luz, me suben el agua, la leche también,
¡Subieron la mota! ¡También el alcohol! y López Portillo va ser el ganón.
Es que nuestros impuestos, están trabajando, es que nuestros impuestos están trabajando.
Y cada día hay que pagar más.

Three Souls in my Mind, Nuestros impuestos (canción)

Este 2015 sin duda será un año inolvidable para los mexicanos y la Historia nos recuerda el porqué. En 1982, José López Portillo defendió como un perro el peso, entonces, antes de terminar su sexenio, devaluó de 22 a 70 pesos (de los viejos)  por dólar. La apuesta a la producción de petróleo como base de la economía nacional se perdió.  México no lo olvida.

Seis años después, el Neoliberalismo llegó de la mano de Carlos Salinas de Gortari. El Tratado de Libre Comercio (T.L.C) entre Canadá, E.U.A y México fue su carta de despedida. Lejos de traer beneficios a la economía nacional, terminó con las pocas posibilidades de crecimiento y competitividad económica de los mexicanos. Muchas empresas, medianas, grandes o pequeñas, no pudieron sobrevivir ante las importaciones norteamericanas impuestas por el gobierno norteamericano.

Pero aún faltaba lo peor. En diciembre de 1994, el gabinete sucesor Salinas quitó las pinzas a la economía del país, para 1995 el dólar paso de valer 3.50 N$ a 5.76 N$. Los meses siguientes a enero fueron trágicos para la clase media mexicana. Miles tuvieron que entregar las casas que habían obtenido a crédito por el impagable aumento de los precios. Otros miles perdieron empleos. Los zedillistas culparon a los salinistas y viceversa. El pueblo, como siempre, fue quién pagó las consecuencias.

Con Enrique Peña Nieto en la presidencia, este 2015 el dólar pasó de 12 a casi 17 pesos. El Banco de México y la Secretaría de Hacienda lo atribuyen a factores externos. En parte es cierto, el mundo está en un grave proceso de crisis económica y política, sin embargo la verdad es que la corrupción de los gobernantes tiene mucho que ver con las crisis internas en nuestro país. El Neoliberalismo económico ha llevado al rompimiento entre sociedades y gobiernos. Nada más intolerable para los ciudadanos, que un Estado subyugado a los intereses privados. El pueblo, como siempre, es quién paga las consecuencias.

Todos los productos de la canasta básica tienen aumento, 2 o incluso 10 pesos, pero siempre a la alza. Los combustibles y por ende, el transporte, también están en aumento. Los salarios por el contrario se encuentran estancados. Datos del SAT establecen que la cantidad de pesos que un trabajador gana a diario, es de 68 a 70, por 8 a 12 horas de jornada.

Los procesos privatizadores de las instituciones sociales en el país iniciaron con este sexenio. Ejemplo son Luz y Fuerza del Centro, PEMEX, IMSS, ISSSTE y muy pronto la SEP. La seguridad y asistencia social no son negocio para el Estado y sus titiriteros. México se encamina a un desastre económico, político y social.

Los recursos naturales nacionales están a la venta. Españoles, ingleses, alemanes, norteamericanos y franceses, vienen por los energéticos de nuestro subsuelo. Los asiáticos, como China y Cora del Sur, tienen una rebanada del pastel. Las últimas reformas impuestas a la Constitución permiten el atraco. Sólo son pocos los beneficiados con esto.

Quienes se asumieron como dueños de México, son unos cuantos, no llegan a cincuenta personas. Quienes sufriremos las consecuencias, seremos millones. Cada vez más pobres, cada vez más vulnerables, pero sobre todo – y eso es lo preocupante-  cada vez más resentidos.

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(Imagen por Pedro)