Los dictámenes realizados hasta hoy y las declaraciones recogidas revelan al menos una cadena de omisiones que permitieron que el narcotraficante escapara del penal de máxima seguridad de El Altiplano a pesar de que, supuestamente era vigilado las 24 horas del día a través de cámaras por agentes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y la Policía Federal, y en persona, por custodios.
Las autoridades concluyen que todos los involucrados perdieron el tiempo haciendo llamadas entre ellos y visitando la celda. Por su responsabilidad en lo anterior, los funcionarios ya detenidos son: del Cisen, Juan Carlos Sánchez García y José Daniel Aurioles Tavares, los monitoristas; de la Policía Federal, Vicente Flores Hernández, jefe de Monitoreo, y Emanuel Galicia Conchillos, monitorista; del penal, Roberto Cruz Bernal, supervisor de custodios, y los custodios: Juan Ignacio Cuarenta Orozco y Esteban Estrada Ramírez.
A todos estos elementos que constan en la averiguación previa de la PGR se suma que desde antes del 11 de julio, noche de la fuga, eran conocidas las fallas en los sistemas de Seguridad del Penal del Altiplano, sus autoridades supieron que «el Chapo» tenía planes de escape y se escucharon ruidos inusuales de equipo de construcción reportados por los propios reclusos.
De todos los funcionarios del penal denunciados por los internos, ya están detenidos: Celina Oseguera Parra, coordinadora de los penales federales; Valentín Cárdenas, director de la cárcel; Leonor García, directora jurídica. Pero siguen en libertad Librado Carmona, director técnico del penal y Felipe Hernández, subdirector de Guardia y Custodia.
La mención de los nombres de todos los investigados no implica culpabilidad, en los casos de quienes están detenidos, el juez consideró que había los suficientes elementos para iniciar el juicio en su contra.
