El cierre de la UDLAP, el inclumplimiento del gobierno de Puebla al no regresar sus instalaciones al patronato original, ha lastimado a cientos de personas miembros de la comunidad y ahora está perjudicando la economía del estado.
Antes de que el gobierno perjudicara a la universidad, existían espacios comerciales que estaban llenos por el paso constante de universitarios; desde cafeterías, restaurantes, papelerías, centros de diversión nocturna y más.
Todo eso quedó atras, pues desde que las instalaciones de la universidad se encuentran secuestradas y no ha permitido que los alumnos recorran esas áreas como comunmente lo hacían, más que para hacer protestas pacíficas durante el dia.
Esos negocios que estaban llenos, ahora lucen abandonados y muchos locales están en renta, el flujo vehicular y peatonal ha disminuído.
Ya se tenía el problema económico de la pandemia y ahora se suma este, ahuyentando la inversión que se puede hacer en el estado.