Sin resolverse: el desastre ambiental más grave en México, el derrame de sustancias tóxicas de la mina de Grupo México en el Río Sonora
Claudia Sheinbaum Pardo, la virtual presidenta electa, ha reiterado la urgencia de que la empresa de Germán Larrea, el segundo hombre más rico del país, cumpla con el resarcimiento integral del daño causado.
Contexto del Desastre
En agosto de 2014, un derrame de sulfato de cobre acidulado de la mina Buenavista del Cobre afectó severamente el Río Sonora, impactando la salud y el medio ambiente de múltiples comunidades en su curso. Este incidente ha sido catalogado como el peor desastre ambiental en la historia de la minería mexicana, afectando directamente la vida de miles de personas y dañando irreversiblemente ecosistemas completos.
Durante una conferencia reciente, Sheinbaum fue cuestionada sobre la falta de acción efectiva por parte de Grupo México para remediar el daño. Respondió afirmando que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) está en diálogo con la compañía y enfatizó que el resarcimiento es un mandato constitucional y legal que no puede ser eludido. La promesa de justicia parece estar más viva que nunca, con la insistencia en que la Fiscalía General de la República (FGR) debe seguir adelante con la denuncia penal interpuesta por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Los Comités de Cuenca del Río Sonora (CCRS) han expresado su frustración y desilusión frente a la falta de avances concretos. Recientemente, en un acto simbólico, instalaron un antimonumento en Hermosillo para conmemorar la década de negligencia y olvido estatal y corporativo. Este monumento no solo representa la lucha continua de estas comunidades, sino también un recordatorio del compromiso aún pendiente por parte de las autoridades y de Grupo México.
Acciones Legales y Compromisos
El escenario legal y administrativo ha visto varias promesas y planes, desde la creación del Fideicomiso Río Sonora por el presidente Enrique Peña Nieto, hasta más recientes declaraciones de seguimiento por parte de la administración actual. Sin embargo, los resultados han sido insuficientes para revertir o incluso mitigar significativamente los impactos del desastre. Los CCRS han destacado la necesidad de una acción coordinada y efectiva que trascienda las administraciones y que realmente priorice el bienestar de las comunidades y el ambiente.
Con la entrada de Sheinbaum a la presidencia, hay una renovada esperanza de que se adopte un enfoque más firme y comprometido hacia la resolución de esta y otras crisis ambientales en México. La comunidad espera que su gobierno no solo continúe con las acciones legales necesarias contra Grupo México, sino que también establezca un precedente de responsabilidad corporativa y gubernamental en desastres ambientales.
En la segunda parte de este artículo, se explorará más a fondo las implicaciones de las acciones recientes, la respuesta de Grupo México y las perspectivas futuras bajo el nuevo gobierno en lo que respecta al cumplimiento de los compromisos ambientales y sociales.
Continuidad de la Lucha Legal y Ambiental
A diez años del catastrófico derrame en el Río Sonora, la presión pública y legal sobre Grupo México no ha disminuido, aunque los resultados tangibles de remediación siguen siendo objeto de intenso debate. Claudia Sheinbaum, respaldando las demandas de las comunidades afectadas, ha reafirmado el compromiso de su gobierno entrante de asegurar que la empresa cumpla con sus obligaciones ambientales y legales. Esto incluye la posible intensificación de las acciones legales si la empresa continúa evadiendo su responsabilidad.
En respuesta a las crecientes demandas, Grupo México ha defendido su actuación post-desastre, alegando que las medidas de remediación han sido adecuadas y que cualquier contaminación persistente no puede atribuirse directamente al derrame de 2014. La empresa también ha criticado lo que considera una campaña de desinformación que, según afirma, ha distorsionado la realidad de los esfuerzos de remediación y las condiciones actuales del río.
La SEMARNAT, bajo la dirección de la futura administración, tiene la tarea no solo de supervisar y evaluar los esfuerzos de remediación, sino también de asegurar que Grupo México cumpla plenamente con las regulaciones ambientales. Además, se espera que fortalezca su papel en la protección ambiental, colaborando estrechamente con otras agencias para abordar no solo este incidente, sino también otros problemas ambientales a lo largo de México.
Impacto en las Comunidades Locales
Las comunidades a lo largo del Río Sonora han experimentado una década de incertidumbre y dificultades. La promesa de Sheinbaum de reunirse con las familias afectadas y escuchar directamente sus preocupaciones es un paso esperanzador hacia la reconciliación y la acción efectiva. Estas comunidades han expresado repetidamente que más allá de la compensación económica, lo que buscan es una solución duradera que asegure la no repetición de tales desastres y la restauración efectiva de su medio ambiente y modo de vida.
Con la nueva administración a punto de tomar el mando, hay una mezcla de esperanza y escepticismo. La esperanza proviene de las promesas de cambio y de un enfoque más riguroso hacia la responsabilidad corporativa y ambiental. El escepticismo, por otro lado, se alimenta de años de promesas incumplidas y de acciones que han sido percibidas como superficiales o insuficientes por las comunidades afectadas.
Desafíos a Superar
Uno de los principales desafíos que enfrentará la administración de Sheinbaum será cómo equilibrar las demandas de justicia ambiental con los intereses económicos y políticos que a menudo han influido en decisiones anteriores. Además, la tarea de restaurar la confianza en las instituciones gubernamentales y en la ley ambiental será monumental, dada la desconfianza que se ha gestado a lo largo de los años.
La tragedia del Río Sonora permanece como un recordatorio sombrío de las consecuencias de la negligencia ambiental y de la necesidad de una vigilancia constante y de una regulación efectiva. La futura presidenta Claudia Sheinbaum se enfrenta a la tarea de no solo abordar este caso con la seriedad que merece, sino también de restaurar la fe en la capacidad del gobierno para proteger a sus ciudadanos y sus recursos naturales. Las próximas acciones de su gobierno podrían definir no solo el futuro del Río Sonora, sino también el curso de la política ambiental en México en los años venideros.