«Nueva York Impone Restricciones a Alquileres de Corta Duración: Impacto en Anfitriones y Viajeros»

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La Gran Manzana está dando un giro importante en el mundo de los alquileres de corta duración, y las noticias están generando revuelo en el sector. A partir de este martes, la ciudad de Nueva York ha implementado una serie de restricciones que afectan directamente a la plataforma de alojamientos turísticos Airbnb, y la compañía lo considera una prohibición «de facto» a su actividad.

Las nuevas regulaciones son claras: todos los anfitriones deben registrarse ante las autoridades locales. Además, Nueva York prohíbe el alquiler de apartamentos enteros por menos de 30 días cuando los dueños no están presentes, una norma que a menudo no se respeta en este tipo de negocios.

Estas medidas son el resultado de una serie de impugnaciones judiciales y son parte de un esfuerzo de la ciudad por regularizar y supervisar esta industria en crecimiento. No solo se requiere el registro de los anfitriones, sino que también deben registrarse ante la alcaldía para poder alquilar a corto plazo. Para cobrar las tarifas asociadas con las estancias de corta duración, las empresas intermediarias, como Airbnb, deben verificar que se haya aprobado la solicitud de registro.

Hasta la fecha límite del 28 de agosto, se habían recibido alrededor de 3,250 solicitudes de registro, pero solo se habían aprobado 257. Esto refleja la rigurosidad con la que la ciudad está abordando esta cuestión.

Es importante destacar que la ciudad de Nueva York no planea sacar a los huéspedes de alquileres ilegales a corto plazo a menos que haya riesgos para la salud o la seguridad en el apartamento. Las reservas actuales seguirán siendo válidas, pero a partir del 2 de diciembre, las reservas que no cumplan con las nuevas regulaciones serán canceladas y reembolsadas, según Airbnb.

La administración de la ciudad sostiene que la proliferación de alquileres a corto plazo a través de Airbnb y otras plataformas ha contribuido al aumento de los precios de alquiler y ha alimentado la escasez de viviendas en la ciudad, lo que ha llevado a un aumento en la indigencia. Además, se considera una competencia desleal para la industria hotelera.

Este cambio en las regulaciones tendrá un impacto significativo en la forma en que los viajeros y los anfitriones experimentan la hospitalidad en la ciudad que nunca duerme.