En una jornada marcada por la incertidumbre y la aversión al riesgo a nivel global, el peso mexicano enfrentó su segundo día consecutivo de pérdidas y cruzó la barrera de las 18 unidades por dólar. Al mismo tiempo, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) lideró las caídas en la región. Estos movimientos se producen en medio de crecientes preocupaciones sobre la política de tipos de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) y los datos inesperados relacionados con el empleo en dicho país.
El peso mexicano registró una depreciación del 2.27%, cerrando en 18.0653 unidades por dólar al final de la jornada. Previamente, llegó a tocar las 18.0730 unidades, un nivel que no se veía desde el 2 de mayo. Estos movimientos representan el mayor descalabro diario desde mediados de marzo y acumulan una pérdida del 3.8% en las últimas dos jornadas.
Los analistas señalan que el nerviosismo en los mercados se debe a las crecientes preocupaciones de que la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) opte por mantener los tipos de interés en niveles elevados durante un período más prolongado. Esto se debe a la publicación de datos que mostraron un inesperado aumento en las ofertas de empleo en los Estados Unidos durante el mes de agosto.
Implicaciones
La depreciación del peso mexicano y las pérdidas en la BMV reflejan la sensibilidad de los mercados financieros a las decisiones de política monetaria de la Fed y a los indicadores económicos de los Estados Unidos. La incertidumbre sobre las tasas de interés y el impacto en la economía global están generando volatilidad en los activos financieros de México.
Es fundamental que los inversionistas y analistas sigan de cerca la evolución de la situación económica y política en los Estados Unidos, ya que estas variables continuarán influyendo en el comportamiento del peso mexicano y en los mercados locales.