La canciller alemana, Angela Merkel, anunció que Berlín y Viena han solicitado al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, la celebración de una cumbre extraordinaria de la UE la próxima semana para afrontar la crisis de los refugiados.
Merkel apeló a la necesidad de recuperar “el espíritu europeo” para la búsqueda de soluciones ante un desafío como la acogida de los refugiados, al tiempo que evitaba hablar de sanciones a los países reticentes al reparto de esos contingentes humanos, ya que “las amenazas no son el camino adecuado para la unidad”.
La canciller defendió la decisión de Alemania de restablecer los controles fronterizos para “mejorar” el registro de los solicitantes de asilo que llegan al país y por razones de seguridad, una semana después de haber abierto sus fronteras de forma “excepcional” por motivos humanitarios.
Merkel y Faymann convocaron su reunión ante la “situación de emergencia creada” en las fronteras de ambos países y después de que la reunión de ministros de Interior en Bruselas, el lunes, no arrojara resultados concretos para el reparto por cuotas de los refugiados entre los 28 miembros de la UE.
Mientras Merkel insistía en que las amenazas no son el camino, su colega austríaco consideró que debía ser opción de los países “contribuyentes netos”, como Austria y Alemania, “analizar” los recursos financieros que reciben los restantes socios. “No se puede pisotear el derecho de asilo”, enfatizó Faymann, para recordar que la UE había recibió el Premio Nobel de la Paz en 2012 por su defensa de los derechos humanos, que justamente incluyen el de asilo.
