Karla Fernanda «N», de 18 años, enfrenta un destino incierto tras asesinar a su madre y a su tío en agosto de 2020.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) insiste en acusarla de los delitos de feminicidio y homicidio calificado para que sea juzgada y sentenciada a la pena máxima a pesar de haber sido declarada inimputable por su condición mental.
La indignación pública se desató cuando los informes revelaron que los agentes de policía descubrieron una doble escena del crimen con manchas de sangre donde Karla Fernanda había pasado tres días conviviendo con la muerte.
Surgieron detalles de los malos tratos sufridos desde la infancia, que las autoridades conocían pero contra los que no tomaron medidas preventivas; dejando a Karla Fernanda recluida recibiendo tratamiento psiquiátrico para una edad mental de ocho años incapaz de comprender la magnitud de lo que hizo.
