Tutankamón: La tumba, el oro, y la maldición

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“Aunque yazgo en la tierra, yo no estoy muerto en el Occidente porque soy un espíritu glorificado para toda la eternidad”

El libro de los muertos

Con el objetivo de entender el arte como un ejercicio de exploración y enriquecimiento cultural, del 21 de agosto al 10 de diciembre de 2015 la Galería de Arte del Palacio Municipal de Puebla alberga la exposición: Tutankamón: La tumba, el oro, y la maldición.

Guiados por la convicción del afortunado encuentro con uno o más seres supremos, la cosmovisión de las grandes civilizaciones encuentra en la muerte el paso a la trascendencia, la conjunción de lo humano y lo divino. Alcanzar la sensación de hallarnos inmersos en una realidad histórica aparente no es una tarea fácil para los artistas responsables del contenido histórico, donde en el tiempo y el espacio son el recurso principal a la hora de confeccionar los ambientes.

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Esta exposición, nos remonta varios siglos atrás; ofrece al público un excepcional inventario de obras, objetos, utensilios y herramientas del antiguo Egipto. Una mirada intima a los procesos funerarios, la riqueza arqueológica, y los misterios que rodean el  descubrimiento de la tumba.

Es de reconocer la minuciosidad y detalle con el que fueron dispuestos cada uno de los elementos. Una magnifica  recreación  del proceso de embalsamiento da la bienvenida a los espectadores,  envolviéndolos  en un ambiente fúnebre donde la visión medita y se exalta. Aprovechando el espacio los muros se integran y narran la travesía faraónica. La fuerza vital de la palabra se hace imagen y sentencia: «La muerte golpeará con su bieldo a aquel que turbe el reposo del faraón«.

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El oro de los reyes se revela en cada moldura, en cada trazo, en los filos y bordes bañados por una luz amarillenta y tenue que glorifica la cuestión arquitectónica, decorativa y funcional expuesta. El sarcófago de Tutankamón yace dentro de una cámara a la espera de ser descubierto por el ojo curioso  del espectador, como lo habría hecho Howard Carter, de quien se muestran fotos y documentos.

Lo que podemos apreciar es museo que sale del museo. Se replica en un recinto donde  consolida la historia otorgando valores artísticos y estéticos, transportando al espectador a un sarcófago de curiosidades, y el particular e inexorable camino al más allá.

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