La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aprobó una ley que incluye el feminicidio en el código penal y pidió a las mujeres que no acepten como algo «inevitable» la violencia de género, que mata a quince brasileñas cada día.
«Sabemos que quince mujeres mueren por día en Brasil por el hecho de ser mujeres», dijo Rousseff, al darle el visto bueno definitivo a una ley que fue votada por el Congreso la semana pasada. La nueva norma agrava las penas para quienes asesinan a una mujer por razones de género, es decir, cuando el crimen involucra violencia doméstica y familiar, o menosprecio y discriminación contra su condición de mujer.
La pena por cometer el delito de feminicidio puede variar entre doce y 30 años de prisión. Además, antes de ser condenados, los sospechosos no tienen derecho a libertad bajo fianza y después de la condena no pueden solicitar amnistía y el plazo para obtener la libertad condicional es mayor.
Brasil es el 16º país de América Latina en aprobar una ley que tipifica el feminicidio, como ya lo han hecho Argentina, Chile, Colombia, México, Perú, Guatemala y El Salvador.