Tras veinte días de reconocimiento aéreo del terreno, el Ejército francés se sumó ayer a los bombardeos sobre posiciones del Estado Islámico (EI) en Siria, bajo el argumento de que este grupo terrorista supone una amenaza directa para su seguridad nacional.
Un breve comunicado del Palacio del Elíseo —que se abría con un escueto “Francia ha bombardeado en Siria”— anunció la noticia que esperaba todo el mundo después de que, el pasado 7 de septiembre, el presidente francés, FrançoisHollande, hubiese anunciado el comienzo de los vuelos de reconocimiento.
El propio Hollande ofreció en la sede de la ONU en Nueva York los detalles acerca de la primera operación, que tuvo como blanco un campamento del EI en una población cercana a Deir al Zur, en el este de Siria. Aprovechó para reiterar que solo un proceso de transición política pondrá fin al conflicto en Siria, aunque el actual presidente, Bachar al Asad, no debería ser en ningún caso parte de la solución.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores ruso consideró que el ataque aéreo de Francia contra las posiciones del EI en Siria, sin la autorización de Damasco ni del Consejo de Seguridad de la ONU, es “el exterminio del derecho internacional ante los ojos” de todo el mundo. A su vez, el presidente Vladímir Putin dijo ayer que la única “solución a la crisis siria” pasa por fortalecer el Gobierno del presidente Bachar al Asad.
