Según la Organización Internacional del Trabajo, una de las consecuencias de la marginación histórica de los pueblos indígenas son sus condiciones de trabajo.
Un estudio publicado hace unos días indica que el 85% de esta población trabaja en el sector informal. Esto significa que no tienen acceso a muchos otros derechos, lo que perpetúa su situación de pobreza.
El informe Panorama laboral de los pueblos indígenas en América Latina: La protección social como ruta hacia una recuperación inclusiva frente a la pandemia de covid-19 señala también que las personas pertenecientes a estas comunidades ganan sólo el 33% de lo que ganan quienes no tienen esta identidad.
Los habitantes de Abya Yala (nombre ancestral del continente americano) «no han participado en los beneficios de los avances económicos como sus homólogos no indígenas», según el informe de la OIT. Aunque muchos de estos avances se han logrado a costa de los recursos de estos pueblos.
Su «sobrerrepresentación en la informalidad y entre las poblaciones rurales, los obstáculos que enfrentan para acceder a la tierra y a los recursos naturales, así como a la educación» son prueba de ello, según el Instituto Nacional de Estadística Geografía.
