El peso mexicano inició la sesión del 10 de junio cotizando en torno a 19.04 unidades por dólar, mostrando una apreciación del 0.02%.
Este suceso fue impulsado por las expectativas de una posible suspensión de los aranceles al acero mexicano impuestos por Estados Unidos. Según Banco Base, el gobierno estadounidense estaría dispuesto a eliminar estas restricciones comerciales, aunque la decisión final dependerá del avance de las negociaciones entre Washington y Pekín.
Factores que Impulsan al Peso y Preocupaciones por Los Ángeles
El comportamiento positivo del tipo de cambio del peso mexicano se atribuye, en parte, a una corrección bajista generalizada del dólar estadounidense, explicó Grupo Monex. Los mercados también están atentos a los resultados de la reciente reunión entre el secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, y Howard Lutnick, presidente de Cantor Fitzgerald, una figura clave en las gestiones económicas con Estados Unidos.
La potencial suspensión o exención de los aranceles del 50% al acero y aluminio implicaría «menores presiones a las exportaciones mexicanas, lo que permitiría un respiro al crecimiento económico», señaló Grupo Monex. Gracias a esta expectativa, el peso mexicano se posiciona como la decimoquinta moneda entre las divisas de países emergentes con mayores ganancias frente al dólar, destacando su buen desempeño reciente.
Simultáneamente, persisten las tensiones sociales en Estados Unidos. En Los Ángeles, se registran nuevas protestas contra las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, lo que ha llevado al despliegue de aproximadamente 700 marines para contener las manifestaciones. Aunque estos eventos no tienen un impacto directo en el tipo de cambio, Banco Base advierte que podrían «dificultar las negociaciones comerciales entre ambos países o provocar animadversión de la administración de Trump sobre la población latina». Esta tensión podría, además, derivar en un endurecimiento de las políticas fiscales hacia la comunidad migrante, incluyendo un posible aumento al impuesto sobre las remesas.
Interdependencia Comercial y Riesgos Políticos
La ligera apreciación del peso mexicano en respuesta a la posible suspensión de los aranceles al acero subraya la fuerte interdependencia comercial entre México y Estados Unidos. Esta situación, sin embargo, se ve matizada por la complejidad de las negociaciones geopolíticas y las dinámicas internas de ambos países.
El principal beneficio para México de una posible eliminación de los aranceles es la reducción de la presión sobre sus exportaciones de acero y aluminio, lo que permitiría un impulso al crecimiento económico. Esto valida la importancia de las gestiones diplomáticas y negociaciones bilaterales que el gobierno mexicano ha llevado a cabo.
No obstante, la declaración de Banco Base de que la decisión estadounidense «dependerá del curso que sigan las negociaciones entre Washington y Pekín» introduce un riesgo significativo. Muestra que la política comercial de Estados Unidos hacia México puede estar subordinada a sus intereses más amplios en la guerra comercial con China, lo que genera incertidumbre para la economía mexicana.
Otro desafío importante surge de las tensiones sociales en Estados Unidos. Si bien las protestas en Los Ángeles no afectan directamente el tipo de cambio, Banco Base acierta al señalar su potencial para «complicar el entorno de negociación bilateral» y generar «animadversión de la administración de Trump sobre la población latina». Esto podría traducirse en políticas migratorias y fiscales más duras, como un aumento al impuesto sobre las remesas, lo que afectaría directamente a millones de familias mexicanas.
Este escenario revela cómo factores económicos, comerciales y políticos internos y externos se entrelazan, haciendo que la trayectoria del peso mexicano y la economía nacional sean vulnerables a decisiones que van más allá de la balanza comercial directa con Estados Unidos.
